Un proyecto de cambio de infraestructura de red siempre debe llevar asociada una mejora en la percepción del usuario sobre el servicio que recibe y su calidad. ¿Qué sentido tendría si no?
Antes de su implantación, en un proyecto de cambio de infraestructura de red habrá habido fases de propuestas y evaluaciones, tanto técnicas como comerciales. Pero, una vez aprobado, las principales fases que se incluyen don el despliegue, la explotación y gestión, la desmantelación o transisión hacia un nuevo proyecto.
En la fase de despliegue es donde generalmente se inician las operaciones de campo con la puesta en marcha o la instalación de equipos ofreciendo finalmente el servicio contratado. Es una etapa dentro del proyecto en donde:
1. Hay que cumplir unos plazos y entregas
2. Requiere disponer de herramientas que faciliten las tareas previas de configuración masiva.
3. Hay un desplazamiento de profesionales a las sedes para la instalación de los equipos.
4. Se da una validación de todo el proceso de puesta en marcha para poder pasar una sede a la fase de explotación.
Esta lista, aunque describe obviedades, hace que la fase de despliegue de red sea una de las más tensas y problemática de un nuevo proyecto, lo cual implica además un coste nada desdeñable en contrataciones de servicios externos.
En términos generales, es común que el proveedor del servicio u operadora ofrezca a su cliente un paquete con todo incluido y con la mejor relación servicio/precio posible. Es de esperar que seleccione para ello fabricantes de equipos que no solo cumplan los requerimientos técnicos y económicos del proyecto, sino que además faciliten la disminución de costes de otros procesos como el del despliegue de red.
El servicio de autoconfiguración en la fase de despliegue
Uno de los componentes imprescindibles en toda fase de despliegue es el servicio de autoconfiguración o Zero Touch Installation de los equipos participantes. Dicho servicio hace que para poner en marcha de una oficina sean necesarios los siguientes pasos:
- El cliente recibe en su sede un equipo con una guía básica de conexión (similar a la autoinstalación de servicios domésticos como ADSL/ftth. El cliente conecta su equipo según la guía y lo enciende.
- Se activa el proceso de autoconfiguración: el equipo descarga su configuración particular desde una herramienta centralizada y la activa para dar servicio .
Desde el centro de control se detecta el estado y disponibilidad de los servicios y se valida todo el proceso.
Mayor optimización y ahorro en costes
Con la autoconfiguración disponible durante la fase de despliegue se disminuyen costes de instalación, se optimizan agendas y se minimiza la tasa de errores en configuración al utilizar plantillas validadas previamente.
No solo hay ventajas en esta etapa, sino que las operaciones de mantenimiento se optimizan de forma notable: una oficina con equipo estropeado solo implica el envío de otro nuevo (en un sentido físico); el resto del proceso de configuración, recuperación de datos almacenados, etc., se ejecutan casi automáticamente desde las herramientas de gestión disponibles. Esta facilidad favorece optimizar SLAs y evitar penalizaciones.
Así pues, en todo despliegue de red, la autoconfiguración se convierte en un aspecto relevante que debe estar presente en la solución que los fabricantes ofrezcan al mercado, no solo por representar una mejora en su producto, sino porque le permite ofrecer a su canal de ventas, herramientas que disminuyen el coste global del proyecto y aumentan la percepción de calidad de servicio en sus clientes.
En Teldat, la satisfacción del cliente es la prioridad máxima. Por esa razón hemos incorporado la funcionalidad de autoconfiguración y otras adicionales que mejoran la gestión de red. Es el caso de Colibrí NetManager, que junto con sus equipos de acceso y WLAN nos permite ofrecer soluciones óptimas sin rival en el mercado.
Como siempre, es posible consultar los distintos posts del blog o nuestra web para disponer de información sobre nuestra herramienta de gestión.